Pierdo el tiempo.

"Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos"

Lovers

martes, 31 de agosto de 2010

Introducción

Es muy tarde. Los faros del coche iluminan la fachada, le dan un aspecto casi fantasmagórico. Ella no es capaz de apartar la mirada de algún punto del frente, pensando a saber en qué, tal vez en nada. Él apaga el motor y se pasa las manos por la cara. Hay silencio, mucho silencio.
Es una noche fría, aunque en otro momento no lo habría sido tanto. Ella ansía que le coja la mano, que se la apriete, no le importa que se la rompa. Quiere sentir que la quiere. También necesita un abrazo y tal vez palabras de apoyo susurradas al oído, pero no tiene fuerzas para pedir nada de esto, es como si una especie de nudo entre la garganta y el estómago se lo impidiera.
- ¿Y ya está? – la voz de él suena ronca, rota. La quiere y parece que ya la está echando de menos pero no logra entender – Ahora te irás, así, sin más.
- Déjame en paz, Bruno. Ya no aguanto más. Adiós.
La aferra de la muñeca y la obliga a volver al asiento del copiloto. Ella no opone mucha resistencia, puede que sean las fuerzas que le fallan.
- No lo entiendo, no soy capaz.
- ¿Cómo puedes ser tan egoísta?
- Y supongo que esto es un final.
Ella traga saliva y cierra los ojos, muy fuerte. El final… deja un sabor amargo en su boca, lo peor es que tampoco ve otra salida.
A él le cuesta más que nunca aguantar esa mirada, esta vez llena de rabia. Esa mirada por la que ha dado y aún seguiría dando aún sabiendo que lo dejará allí plantado, que él pronto pertenecerá al apartado del olvido.
- Creí que me querías – murmura.
- Te quiero, pero deberías entenderme, es más, deberías apoyarme.
Niega con la cabeza lentamente y mueve los labios diciendo un mudo: «no puedo». Ella vuelve a cerrar los ojos, traga saliva, cuando los abre las lágrimas brillan en ellos.
- ¿Acaso no tienes sueños ni metas?
- Sí, claro que sí – se lleva las manos a la cabeza, se despeina el pelo y apoya los codos en el volante. Inspira. Pestañea varias veces, muy rápido – pero, ¿dónde están tus sueños? ¿Tienen que estar tan lejos?
Se priva de seguir hablando, porque sabe que si prosigue su voz se quebrará, ella sólo lo ha visto un par de veces llorar y no será ahora cuando lo vuelva a hacer. Mas sus ojos lo delatan y ella lo nota, una garra le atenaza el corazón.
- Crees que para mí esto es fácil – le dice – pero no es así, todo lo contrario, Bruno. Dices que me quieres y, ¿sabes? No lo dudo pero amar es compartir, amar es querer lo mejor para el otro. ¿No eres capaz de pensar un poco en mí, en lo que de verdad quiero, en lo que me hará feliz? Si lo nuestro es de verdad nos sobrará tiempo para estar juntos, volveré y espero que tú estés esperándome, bueno, tú eliges, al fin y al cabo, no puedo obligarte a nada. Además, no me voy a morir, sólo estaré una temporada fuera, en Navidades ya estaré de vuelta, intentaré también venir en la semana santa y, por supuesto, en verano.
- La distancia hace el olvido.
- No me obligues a elegir, por favor – silencio. Algo le recorre el cuerpo, es un malestar horrible, la rabia se acumula en forma de un nudo en la garganta. Más silencio y frío, mucho frío. Él mira hacia delante, intentando ser fuerte, con los codos aún en el volante y los dedos enredados en el cabello oscuro -. Genial.
Ella sale del coche, dando un portazo. Esta vez, Bruno no se ha molestado en detenerla.
Las luces no se apagan. Está calada hasta los huesos, siente que sus piernas tiemblan, por no hablar de cómo castañea la mandíbula inferior. Tal vez sea las ansias de un abrazo lo que agravan la sensación.
No acierta a meter las llaves en la cerradura hasta después de medio minuto. Él, desde el coche, la mira, la admira, pensando, cavilando, echando de menos. Entra atropelladamente en casa y se apoya en la puerta al cerrarla. Él cierra los ojos muy fuerte y deja que las lágrimas caigan, ya no tiene nada que esconder, ya no tiene a nadie a quien escondérselas.

1 comentario:

Delius :3 dijo...

Ahora? Ahora? Ahora? Si!
Inauguro oficialmente el nuevo Blog de Sandrix!
En cuanto tenga el mio te daré la brasa, no lo olvides :3
Un beso, y mucha suerte con éste. Si viene otro hacker, le pegamos ò_ó