Y qué te voy a decir yo a ti. A
ti, que me haces reír cuando llegan los debates cara a cara con la nostalgia,
con ese sentimiento de soledad cuando llueve y no estás. Qué te voy a decir yo
a ti. A ti, que te atreves a llevar puestos esos ojos y esa pista de baile en
tu piel; esa luna en reserva para cuando queremos noches románticas y ese sol de
bolsillo para cuando hace frío –ese que nos hace temblar aunque estemos a 40º C-
. Tú, que alquilas noches de secretos que se enredan, se mezclan, se pierden
entre sábanas; que incitas a soñar aunque ya todo esté perdido, deshilachado,
desmembrado delante de una. Qué te voy a decir yo, qué te voy a aconsejar, porque
qué son las palabras cuando te encuentras de frente con tus miradas, cuando entonces sonríes y tus mejillas saludan a tus ojos, qué son cuando se
escuchan los latidos de tu corazón a dos o tres kilómetros de distancia.
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